Número 123

                                            NÚMERO 123.  AÑO XV

                                                                  Marzo, 2024

 

EL MAL DE FONDO DE LA EDUCACIÓN, HOY

En cuanto al “cultivo” que la sociedad promueve desde sus centros de educación, quizá el mayor mal de fondo que presenta radica en que nos faltan cerebros que nos abran los surcos de la tierra intelectual que cultivamos, la de la educación.

Los hombres eminentes hoy, y estamos pensando en dos que nos visitaron recientemente en Madrid, Robert J. Sternberg, de la Universidad de Yale, y Daniel Wilson, de la Universidad de Harvard (cierre del curso 2022-2023), a lo sumo levantan la caza de los nuevos problemas que presenta en nuestros días la educación, pero ellos no nos disparan las ideas que necesitamos para cobrar esa pieza en vuelo, ponen el dedo en la llaga educativa, pronostican sus males, dan voz a sus necesidades, pero no descienden al surco en el que depositar la semilla, por emplear otra imagen de campo. Seguimos a la intemperie.

Cabe que nos retiremos en nuestra añeja pasión educadora y pisemos el acelerador del viejo tractor de la educación con el que algo sabemos hacer bien: enseñar a leer, no más; a redactar como Dios manda; a dominar las cuentas; a admirarse e interesarse por la Naturaleza; unas primicias de tecnología y apaga y vámonos.

                         

Quizá pedimos demasiado pidiendo tan poco, porque el resultado ha de ser el hombre que tiene “cultivado” su espíritu, que si lee la Biblia o a Cicerón se entera de lo que efectivamente quisieron decir en su tiempo y para los siglos; que es capaz, otro ejemplo, de sentir el calor de las pulsaciones exactas y reales del hecho histórico del Descubrimiento y posterior Obra en la América Española y no lo toma a la ligera y a beneficio de inventario de la leyenda negra… Que adivina y se deslumbra con el oro que son las Coplas de Jorge Manrique, con Lope, Calderón de la Barca… Que se expresa sin una palabra de más ni de menos… Ve no solo ciencia sino, además, colores y geometría en plantas y animales, porque su mirar alcanza su entraña de maravilla… Que a cuanto aborda y expresa le pone siempre una inicial e invisible plantilla matemática…

No mucho más, pero todo eso, pues que seguimos instalados a nuestra vieja y eterna manera en el fondo mismo de la educación. 

  💥MAGISTERIO💥

💥MAGISTERIO💥

   DIDÁCTICA

       DE NUESTRA ESCUELA  

                                                

    En nuestra Escuela, con Juan Amós Comenio,

entendemos por Didáctica:

"el artificio fundamental para enseñar todo a todos,

enseñar con solidez, no superficialmente,

no con meras palabras"

                           

(15)             EDUCAMOS: PALABRA Y EJEMPLO

Para liberar al alumno

Nuestra Escuela educa para liberar a sus alumnos.

No educa para la sociedad ni según la sociedad, sino frente a la sociedad.

Al alumno hay que liberarlo de la escuela a la que va, de la sociedad en la que vive y de la tiranía de sí mismo.

Liberarlo de la animalidad congénita que tira de él hacia el envilecimiento y puede terminar convirtiéndole en trapo desechable, esclavo de su avaricia, de su lujuria o de cualquier otro vicio capital.

Liberarlo de la sociedad que habría de educarlo pero que lo somete a una televisión escuela de divorcios, al macabro espectáculo de abortos de embarazadas madres asesinas, a una serie en aumento de homicidios o de suicidios que llama buena muerte, eutanasia, etc. mientras esa misma sociedad no quiere hoy mirar la valiosa estrella polar que le fija su norte de destino al servicio de quien lo precise.

Nuestra Escuela, frente a la sociedad, educa para transformarla a través de sus alumnos niños y jóvenes y para hacer verdad los sagrados imperativos que han de airear los principios del Humanismo y del Evangelio.

De otro modo dicho, nuestra Escuela pretende volver a unos tiempos originales nuevos en los que a nadie le pueda extrañar que al inicio de los tiempos un ángel bajara a echar del Paraíso a nuestros primeros padres o que antes Dios se paseara al atardecer como un compañero que disfruta del primer Edén y de la conversación con una pareja.

Nuestra Escuela no se aturde con oropeles de progreso que no lo es y busca la sinceridad auténtica de su andar y que se nos conozca no tanto por lo que les decimos a los alumnos sino precisamente por nuestra manera de estar en pie y de marchar, la manera de sentarnos, de descansar, de entender y disfrutar de la vida.

Sabemos y estamos convencidos de que nuestros muchachos no tanto aprenden por la transparencia de las palabras que les decimos como por lo que ven asomados, sin que quizá lo advirtamos nosotros, al agujero de la cerradura de nuestro ejemplo. Con la mera presencia de sus maestros aprenden y se educan nuestros alumnos.

En el fondo educamos para eso, para que cuando salgan de nuestros centros el recuerdo del maestro y profesor y del colegio que tuvieron sea el que les mantenga y siga liberándoles de lo que no les sepa a cielo en esta tierra de barros y malos charcos.

 CUR

Maestro. Profesor de Escuela de Magisterio

Emérito UCJC

  💥ESTILO💥       💥ESTILO💥

Apuntes que tomamos cuando éramos estudiantes

 de la Escuela de Magisterio (1961 y ss.)

y conservan su nervio o lo depuraron.

14 LO CLÁSICO

“Bajo un rumor de números ardientes

henchidas presidencias necesarias”

                                                                    (Jorge Guillén)

                     Clásico es el libro de Job y clásico es San Juan Crisóstomo.

Clásico es el que continúa no el que repite.

En lo clásico hay coherencia de contenido y de continente, de expresión y de pensamiento, de lógica y de emotividad. Y como tono, una cierta contención que desde dentro actúa midiendo gestos y palabras.

Incluso en el mayor desmantelamiento de la pasión, pone el arte clásico su número y su medida. La riqueza de elementos va presidida por un fin que los unifica.

Plenitud y madurez.

Ver en Manuel García Morente, Fundamentos de filosofía, el análisis que hace de los clásico a propósito de Santo Tomás de Aquino.

☀ Predominio de la atención a lo diverso y diferencial sobre la atención a lo común y general.

 ☀ Intuición de las jerarquías dominantes en las distintas formas de realidad.

☀ Respeto a la objetividad.

CUR

Maestro. Profesor de la Escuela de Magisterio La Salle

Emérito UCJC

  (XI) LO QUE APRENDÍ EN LA SALLE          

 Pedagogía que me ha marcado de por vida

          La sencillez en el estilo

En la Escuela de Magisterio de La Salle que nosotros vivimos todo era natural y transcurría por cauce llano, monótono, acostumbrado. En la huerta y en el jardín de San Pedro que pisábamos con solo salir de clase crecían las hortalizas y las plantas con la misma suavidad que lo hacíamos nosotros, sin advertirse a simple vista que crecían.

 

Allí solo eran extraordinarias las clases por lo que tenían de tocar el cielo de la ciencia o de las humanidades. En cada clase tocábamos una nueva maravilla que incorporar a nuestro aprendizaje.

Se nos decía que cuando fuéramos maestros y profesores nuestra vida habría de ser sencilla, sin cosas extraordinarias, desde la mañana hasta la noche. Que lo mejor es que transcurriera escondida en la penumbra, sin ruido, que solo la vieran los que se codearan con nosotros, que a lo mejor, ni se fijarían en ella.

Que nuestro ministerio (¡servicio!) era la mar de sencillo. Íbamos a empezar con niños pequeños a los que les íbamos a enseñar sencillamente cosas sencillas. Pero que incluso con alumnos mayores toda hinchazón además de estéril sería ridícula. Que lo nuestro, de por vida, era enseñar a leer, a escribir, a cantar y a descubrir la razón de las cosas, su sentido, poco más.

Esto se nos clavó a fuego. Una muestra: cuando iniciaba yo el curso como profesor de literatura con mis alumnos de preuniversitario les decía, en la primera clase, que me iba a contentar con enseñarles a leer en los nueve meses de trabajo que teníamos delante.

El magisterio de las materias de bachillerato, se nos decía en la Escuela, habría de ser llano y sobrio, como dirigido a inteligencias aún no formadas. Que no teníamos por qué salir de la sencillez entonces. Que la grandeza las llevan las cosas en sí mismas, la sencillez en el modo, en el estilo.

Carlos Urdiales Recio

Maestro. Profesor de Escuela de Magisterio

 

EL VALOR PRESENTE EN LA FILOSOFÍA

Alegre talante italiano del Dr. Love, 

en línea con nuestro estilo 

Leo F. Buscaglia, "Dr. Love", fue un norteamericano de origen italiano nacido en California. Era doctor en Filosofía, profesor de amor. Fue muy célebre en el mundo entero por sus conferencias y libros. Uno de los más notables: "Vivir, amar y aprender". En él cuenta que en una ocasión el socio de su padre se fugó con todo el dinero. ¿Podrían comer en adelante?  Escuchad: Mamá tenía la loca costumbre de reír a mandíbula batiente. Y aquello debió parecerle de lo más gracioso. Mi padre se enfureció. Pero ella seguía riendo, tanto que las lágrimas le corrían por las mejillas. ¿Adivináis qué hizo? Todos nos marchamos de casa y, al volver por la noche, nos encontramos con que había preparado un banquete digno de un bautizo o de una boda: "antipasti", pasta, ternera, de todo. 

 

Mi padre exclamó:

          - ¡Dios mío, qué es esto?

 

 

          - Me gasté todo en la cena - repuso mi madre.

 

           - Estás completamente loca - vociferó mi padre.

 

A lo que ella replicó:

 

-Cuando necesitamos alegría es precisamente ahora, no luego. Ahora es cuando necesitamos ser felices. ¡Cerrad el pico y a comer!

 

Pregunta Leo Buscaglia:

 

           - ¿Verdad que es sorprendente?

 

Y prosigue:

 

- Nos sentamos a cenar. Eso fue hace muchos años y os aseguro que nunca olvidaré aquella "Cena de la Pobreza" de mamá. Y, fijaos, ¡hemos sobrevivido! Mirad, aquí estoy. Papá vivió hasta los 86 años.  

Se puede transformar la desesperación en alegría. ¡Creedlo! ¡Intentadlo en la primera ocasión!

 

                                                              Leo F. Buscaglia, Vivir, amar y aprender 

                                                                 Plaza y Janés, Barcelona, 1984, p.180

                                         

REDACTERÍAS

OBSERVAR PARA REDACTAR

💻💾🌴🍀🚜

🚜No descansamos en nuestra Escuela hasta conseguir del alumno al que enseñamos a redactar que observe y observe, de manera que se pueda decir de él que es capaz de encontrar la aguja de un nueva chispa y el matiz que nadie encuentra en el pajar de la sosera que se le pida como tema.

🍀 Lo que Pío Baroja dice del fabricante de novelas que es “un tipo de rincón, agazapado, observador, curioso, tenaz” es lo que en nuestra Escuela se dice del alumno que ha de tener voluntad de estilo y ser un decidido aprendiz de escritor.

 

🌴 Ha de ser un radar de lo que le pongamos delante o él se busque. Todo le vibra. Observa con tenacidad, sin prisa, primero y en seguida traslada, solo eso.

 

💾 Más que entregarnos las redacciones que ha hecho nos pasa sus piezas de cazador, las que logró como escondido y agazapado en su puesto, un calesdoscopio de descubrimientos y genialidades.

💻 Ante la sinfonía caótica y opaca de la vida monótona y opaca las teclas de su ordenador bailan la danza que le dictan sus ojos perspicaces y observadores. En las páginas que resultan lo común se hace excelencia y la seca prosa, poesía. Comprobaremos que cada una de sus palabras es una joya y cada frase el enigma de un regalo.

🚜 A través de sus ojos literarios, el mundo adquiere y le revela nuevos y ocultos matices, y cada instante se le transforma en una oportunidad para explorar la magia escondida en lo ordinario y acostumbrado.

🍀 Cada una de las frases de su ejercicio destilan la esencia de sus observaciones como si el escrito fuera de un oráculo moderno que hila las hebras de las palabras recién compuestas con la maestría de un tejedor cósmico. Observó lo que da: quintaesencias.   

                                  CUR

 💥NUESTRO LEMA💥

ACLARACIÓN SOBRE NUESTRO LEMA

            

        "Tot lumina, tot limina"

Se nos pregunta por la mejor traducción de nuestro lema.

Hemos de decir que nosotros no lo traducimos. Nos lo decimos con el sentido que tiene en latín. 

No es que nosotros dominemos y sepamos más allá del latín de bisturí y quirófano propio de quienes cursaron bachillerato español, ni más allá que nuestros profesores españoles de latín que de ordinario conocen la morfología y la sintaxis de la vieja lengua de Roma, pero ni la escriben ni la hablan.

Nosotros no solemos traducir, si no se nos pide, el lema de nuestra Escuela. Nos lo repetimos y lo enarbolamos con sus cuatro palabras latinas. 

Pensamos y decimos: tot lumina, tot limina, no más.

Cierto que no nos molesta que se traduzca por “tantas luces o tantas hogueras, tantas nuevas fronteras o límites”. Pero nosotros no pensamos a lo Cervantes lo que decimos a lo Virgilio u Horacio. Solo afirmamos lo que dice el latín. Nos basta y sobra. Solo y todo eso.