127 Magisterio. Lo que aprendí en el SEK



          Lo que aprendí en el SEK, 

como pedagogía perenne (I)


Muestras sueltas


             
 1.  Que la Escuela ha de profesar un alto estilo suyo 


De sobra se nos ha dicho y repetido la sentencia de Buffon de que el estilo es el hombre ("Le style c´est lhomme"). Todo hombre tiene su estilo y maneras de ser hombre. Pero decimos que alguien tiene estilo solo cuando su estilo alcanza cierta excelencia y personalidad.

Los colegios también tienen su estilo. En un extremo, el estilo de colegio masa, que cumple, que es del montón, que se distingue solamente porque es uno más; y, en el extremo opuesto, el estilo de colegio que derrama una luz potente y clara sobre la sociedad, como el de la estrella Venus a la caída de la tarde, sola en la noche que empieza. Si el brillo de Venus se debe a su atmósfera densa que refleja y dispersa la luz del Sol, en el caso del Colegio la luz que derrama es de verdadera Educación y de alta Cultura, porque de hecho es un centro de estudios y es un foco de cultura.

El Kostka en el que serví a la Educación quería ser y empezaba en mi tiempo a ser proa de la Educación en España. Optaba por la excelencia hace ya más de 50 años. Así, fue el primero que formuló su Ideario, estrella de cinco puntas, clavada definitivamente sobre su cielo pedagógico en una memorable 1ª Convención SEK de profesores, el primero en abrir un CIE en su seno (Centro de Investigación Educativa), en renovar la arquitectura escolar (como hizo en Villafranca de El Castillo), incorporar con tiento las tecnologías de vanguardia (de muestra, cinco casos concretos): la TV en circuito cerrado, la agrupación flexible de alumnos, compensar a la hora del café las lagunas pedagógicas en la formación de su profesorado de secundaria, atreverse a organizar cursos para la formación de que carecía el profesorado a nivel nacional, lanzar una revista pedagógica (Didascalia) de nivel y prestigio nacional, convertirla en Editorial de libros escolares, etc. 

 

      

Otros casos: No solo en las grandes líneas (los libros de texto de Lengua superaron ya entones a los que hoy se tiene por mejores), sino en las líneas chicas -y es una mera muestra de detalle-, como el sustituir en la práctica los programas escolares para alumnos hispanoamericanos los poetas secundarios españoles por relevantes de su país de origen... De tropezar con la Inspección estatal, valientes, no nos cuidábamos. Saldríamos a flote ...

La búsqueda de un estilo educador de grupo nos pareció entonces un imperativo de la Educación y eso aprendí a fuego del SEK y en esa línea me mantengo. Hoy estoy seguro de que lo que la Sociedad realiza con excelencia -subsidiariedad- el Estado organizado debería darle paso y no querer en aras de una falsa democracia uniformar y cercenar proas de barco si navegan solos por las altamares de la Educación.


Aun en medio del actual exceso de organización estatal y de falta de libertades que caracterizan nuestros tiempos frente a los que caracterizaron otras épocas menos
democráticas, hoy los centros escolares también han de sobresalir por su alto estilo propio decididamente manifiesto y de la más alta calidad. Es una de las varias cosas claras que me quedan de mi paso por el SEK: Que la Escuela ha de profesar un alto estilo suyo.

            

CARLOS URDIALES RECIO

Maestro. Profesor de Escuela de Magisterio

Emérito UCJC


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