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¡Los cuentos del abuelo!
Había una vez un delfín que vivía en el mar con otros delfines y a él le gustaba nadar junto a ellos, dando largos paseos y visitando las playas de los pueblos y ciudades por las que pasaban. Pero la mayoría de las veces el delfín no podía acompañar a los otros delfines porque él tenía un problema: no sabía saltar.
Un día iba solo y un poco triste y el caballito del mar le preguntó:
- ¿Por qué estás triste, amigo Delfín?
- Pues, porque todos los delfines se van a pasear y yo me tengo que quedar separado del grupo porque no sé saltar.
- Tú no te preocupes, que yo conozco un amigo que te puede enseñar a saltar.
- ¿Ah, sí? ¿Quién es ese amigo?
- Es un pescador que antes pescaba muchos peces, pero un día se cayó al agua y una ballena lo salvó de ahogarse. Después de ese suceso ya no pesca y además es el amigo de todos los que vivimos en el mar. Nos entiende y nos ayuda.
Y el pescador le dijo:
- En un momento aprenderás a saltar, pero tendrás que hacer lo que yo te diga.
El pescador tenía una caña de pescar que era mágica, sacó la caña y le dijo al delfín:
- Cuando la caña veas levantar, tú la seguirás.
El pescador sacó la caña y al levantarla, el delfín saltó hacia arriba
como si lo hubiera hecho muchas veces. El delfin, cuando vio lo que había hecho, se quedó sorprendido. Volvió a intentarlo y otra vez saltó.
- ¡Qué bien! ¡...! ¡No me ha pasado nada!
Dio las gracias al pescador y se alejó con el caballito de mar. Antes no saltaba con los otros delfines, pero después de haber estado con el pescador, siempre iba con ellos y jugaba y saltaba como los demás.
Alcabo de unos días estaba jugando y saltando cuando escuchó a alguien que decía:
- ¡Sooocorrooo! ¡Sooocorrooo!
Entonces se acercó para ver qué pasaba. Vio a su amigo el caballito del mar atrapado en unas bolsas de plástico grandes, y no podía salir de ellas. En un instante el delfín comenzó a dar saltos alrededor de las bolsas y con sus aletas las llegó a romper, pudiendo salir el caballito de mar.
El cabellito de mar dio las gracias a su amigo por haberle salvado. Desde ese día el delfín se propuso limpiar el mar de toda la suciedad que tiraban algunas personas y algunos barcos.
Los peces que vivían en el mar estuvieron muchos días limpiando todo lo que se encontraban hasta que quedó todo limpio.
El mar donde vivían nunca más estuvo sucio porque avisaban a las personas y a los barcos para que no tiraran basuras al mar.
Y colorín ...
Desde entonces el delfín paseaba con los demás delfines. Era el que más saltaba y todos lo conocían como el Delfín Saltarín.
Y ... ¡colorado! ¡Que ya hemos acabado!
TELESFORO MORENO PÉREZ
Maestros. Cuentacuentos. Radio
¡¡¡Los cuentos del abuelo!!!
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