128 Magisterio. Teoría del conocimiento

 

                                                                       (XXIX)


PRINCIPIO DE LA DIVERSIDAD DE LA REALIDAD


                                                                             

La Teoría del Conocimiento como la entendemos nosotros, en conexión con el Bachillerato Internacional, frente al prejuicio de la realidad una, afirma el principio contrario, es decir, el principio de la diversidad de la realidad. Lo que nosotros llamamos realidad no presenta una única manera de ser, sino un conjunto de realidades plurales, distintas unas de otras, por más que ontológicamente sean por igual objeto de nuestro conocimiento y hasta resulten tener cierta entidad a su manera.

El prejuicio consistente en afirmar que la realidad es una desemboca en la aseveración que asegura que las diversas ciencias religiosas, morales, físicas, químicas, históricas, literarias, matemáticas, biológicas, etc. no son sino diferentes maneras de estudiar una y, en último término, la misma realidad fundamental.

Por contra, nosotros, abrazando y defendiendo el principio de la diversidad de la realidad, afirmamos que la manera de abordarla, el método de trabajo seguido para su estudio, los conceptos a los que llegamos en el estudio de la realidad corresponden a diferentes estructuras ontológicas que son propias de cada una de las regiones ónticas en las que se reparte la realidad.

La ontología que profesa el prejuicio del idealismo filosófico encuentra su base de partida de la realidad una, unívoca, en considerar que la palabraser significa siempre y en todo caso lo mismo, aunque parezca referirse a cosas distintas.


Nuestra ontología, por el contrario, sabe que la realidad es analógica, en parte igual y en parte diferente, entiende la palabra ser como algo común y, a la vez, como algo diferente, en toda realidad. La diferencia que constatamos no está en nuestra mente, no es subjetiva, está en las cosas, es objetiva, puesto que realmente son diferentes unas de otras, y no pueden atribuirse a nuestro distinto modo de pensarlas, de conocerlas o de estudiarlas.

La Teoría del conocimiento, desde la ontología, se plantea el hecho de que existen estructuras propias de cada zona de la realidad, que cada una de las distintas zonas de la realidad tienen peculiaridades y que no son reductibles unas regiones ontológicas a otras. Lo que hace que cada zona de la realidad sea la que es, con las notas propias que la hacen ser ella y no otra.

La realidad ideal, por ejemplo, no es en su estructura la misma realidad que la física, por más que ambas sean realidades, ni la biológica es la misma que la física o la ideal. Tampoco la histórica es la misma que la realidad biológica o la física o la ideal. Cada una de las realidades es irreductible a la otra. Dar con un denominador común, el mismo para todas ellas, es empeño vano, por más que fuera el que se propusieran los pensadores monistas y los filósofos idealistas de las ciencias de los últimos siglos.

La historia, más allá de Hegel, nunca será el modo histórico de conocer la realidad sino el modo de conocer la realidad histórica. Extiéndase esta idea a las demás disciplinas de las que estudiamos su realidad.

CARLOS URDIALES RECIO

Maestro, coordinador de Teoría del conocimiento

Bachillerato Internacional




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