Expresiones
en la obra de Miguel Delibes
El problema está ahí, delante de nuestras narices: el español como idioma se reduce lentamente al empleo de menos palabras y expresiones y estas más pobres.
Ante este fenómeno de merma y recorte humanos, la estrategia del novelista Miguel Delibes no fue precisamente la de hacer una extraña literatura de salvamento, sino sencillamente la de llamar a las cosas por su nombre. “En mis novelas y relatos sobre Castilla, lo único que pretendo es llamar a las cosas por su nombre y saber el nombre de las cosas. Los que suelen acusarme de que hay un exceso de literatura en mis novelas se equivocan, y es que rara vez se han acercado a los pueblos” (Respuesta a César Alonso de los Ríos).
Esta pretensión suya de convertirse en notario del mundo popular rural, le ha consagrado como máximo exponente del castellano de su tiempo y como clásico de la novela española.
Por tratarse de un clásico de la literatura se asegura para la posteridad, con la perennidad de sus obras, aquella parte de la riqueza de la lengua española que en unas décadas del siglo XX estuvo a punto de perderse definitivamente.
En otro de sus libros que quizá suene menos, Delibes vuelve a dar el mismo sentido a la expresión de hoy. El libro en cuestión se llama La mortaja y se dice que Yebes conoce el paño y nunca habla a humo de pajas.
Similar expresión, esta es la riqueza de nuestro idioma, es al buen tuntún, que se puede leer en La hoja roja y en El otro fútbol. Se trata de una locución adverbial que expresa que algo se hace sin cálculo, sin reflexión o sin conocimiento del asunto.
En eso andamos en la España de hoy, haciendo las cosas al buen tuntún. Y en eso ando yo con estos artículos: mostrando la riqueza de expresiones que Miguel Delibes escribió en sus libros.
JORGE URDIALES YUSTE





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