CALAS EN EL PRÍNCIPE CRISTIANO
DE PEDRO DE RIBADENEIRA
DE LA REGALADA EDUCACIÓN
Quintiliano, que fue maestro de la juventud y nobleza romana muchos años, lamenta el demasiado regalo con que los padres criaban a sus hijos.
(… ) Antes enseñamos al paladar para que sepa el niño las diferencias de sabores , que la lengua para que sepa hablar.
(…) De suerte, que el trabajo y la aspereza fundan los imperios, y la flojedad y regalo los deshacen; y no hay más cierta señal de haberse de perder en breve una monarquía, que verla dada al deleite y a la ociosidad. Y así el rey Ciro, queriendo castigar a los ilirios que se le habían rebelado, y eran muy valientes y guerreros, mandó que solamente se ocupasen en ser bodegueros, taberneros y pasteleros, y en los otros oficios de golosina y regalo, y con esto perdieron todo su valor, y se hicieron flojos y afeminados, y no tuvieron después ánimo para tomar las armas, ni para alzar la cabeza; y lo mismo hizo el rey Jerjes, hijo de Darío, con los de Babilonia, como lo escribe Plutarco.
El Príncipe cristiano, réplica a “El Príncipe” de Maquiavelo.
Pedro de Ribadeneira
Biblioteca mundial Sopena, Buenos Aires, 1942, p. 18
Libro II, XXXIX

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