131 El Universo y el hombre

                             

                         Apolo 16


Décima misión del programa Apolo y quinta de alunizaje. Puede considerarse muy parecida a la anterior misión. Se ampliaron las tareas y experimentos. Llevaron un vehículo Rober, lanzaron otro satélite artificial desde la nave después de haber regresado de la superficie de la Luna mientras aún la orbitaban, y también el piloto del módulo de mando y servicio realizó un paseo espacial de más de una hora para recoger las cintas de fotos y películas del módulo de servicio antes de que éste fuera desechado.


Despegue de la misión Apolo 16

Fue un vuelo que se llevó a cabo de acuerdo con lo previsto. Pero no estuvo exento de incertidumbres. Una avería durante el descenso del módulo lunar estuvo a punto de impedir el alunizaje. También, una avería en el cohete Saturno, retrasó el despegue durante medio día. Una misión de estas características es tan compleja, depende de tantos factores y mecanismos que, aunque ya se habían probado en anteriores vuelos, siempre tenían la amenaza de que algo no funcionara correctamente. Afortunadamente, estos problemas… y otros que surgieron, fueron resueltos, y la misión cumplió todos los objetivos propuestos.

El lanzamiento se produjo el 16 de abril de 1972, a las 17:54 UTC (tiempo universal) impulsado por un cohete Saturno V desde el Centro espacial Kennedy. La tripulación estaba compuesta por John Young, comandante, Charles Duke, piloto del módulo lunar, y Ken Mattingly, piloto del módulo de mando. La misión duró once días y cerca de dos horas, y concluyó el 27 de abril a las 19:45 UTC.

                                                             
 Tripulación del Apolo16 
Mattingly, Young y Duke

Charlie-Duke junto al cráter Plum


 Actividad en la superficie lunar
   

John Young, oficial naval, aviador, piloto de pruebas e ingeniero aeronáutico, ya había participado en tres misiones espaciales: Gemini 3, Gemini 10 y Apolo 10; en ésta última, como comandante y piloto del módulo de mando. Ahora volvía con el objetivo de alunizar, convirtiéndose en el noveno astronauta en pisar la Luna. Y aún, en su larga carrera, participaría en dos misiones del transbordador espacial. Fue la carrera más larga de todos los astronautas de la NASA.

Ken Mattingly, ingeniero aeronáutico, pilotó varios aviones de vanguardia en destinos de diferentes portaaviones. Ésta fue su primera misión espacial. Pero se da la circunstancia de que, estando designado como piloto del módulo de mando de la misión Apolo13, tres días antes del despegue fue relegado porque había estado expuesto a la rubeola; y si la desarrollaba, afloraría durante el viaje de ida a la Luna. Fue sustituido por Jack Swigert.

Cuando se produjo el accidente del Apolo 13, Mattingly era la persona en tierra que más sabía de esa misión. Su labor en el simulador del módulo lunar resultó vital para la salvación de sus anteriores compañeros durante el accidente. Mattingly nunca llegó a desarrollar la rubeola.

Ahora, a bordo del módulo de mando que orbitaba la Luna, después de haberse despegado el módulo luna, Mattingly detectó un fallo en el motor de propulsión de su nave, Casper. ¡Sin ese motor no podrían regresar a la Tierra! La solución pasaba por hacer regresar al módulo lunar, Orión, y con sus motores emprender el regreso. Eso suponía no llegar a posarse sobre la Luna. La desolación de Young y Duke fue enorme. ¡Abortar la misión cuando ya casi estaban tocando la Luna! ¡No tendrían otra oportunidad! El alunizaje se retrasó una órbita para darle tiempo al equipo de control en Houston a valorar la situación. Finalmente, control de Tierra dio su autorización para seguir adelante, aunque con seis horas de retraso. Alunizaron sin ningún problema, según lo previsto.

Esta vez, el alunizaje se produjo en una región montañosa conocida como Tierras altas de Descartes, por tener mayor interés geológico, en vez de hacerlo en las llanuras de los llamados mares lunares, donde habían alunizado todas las misiones anteriores. Querían comprobar si en esas zonas altas también había tierras volcánicas, lo que resultó que no.



Despegue del módulo lunar

El rover. Fondo lunar


Young saluda a la bandera

             

Estuvieron casi tres días en la superficie lunar; realizaron tres salidas que sumaron más de 20 horas. Gracias al vehículo todoterreno Rover, se desplazaban con comodidad y rapidez a los diferentes lugares; recorrieron 27 kilómetros y recolectaron unos 96 kilogramos de rocas; entre ellas, la piedra más grande obtenida por una misión Apolo; la llamaron Big Muley, en honor al principal geólogo de la misión, Willian Muehlberger.

Antes de regresar, dejaron la estación científica y una placa conmemorativa de la misión en una pata de la etapa de descenso del módulo lunar Orión. Charles Duke, también había dejado unas fotos de sus hijos y de su esposa en dos cráteres; éstos, llevan sus nombres.

Concluidas las tareas en la superficie lunar, se prepararon para regresar al módulo de mando en órbita. Resulta espectacular la foto tomada por la cámara situada en el Rover. Al encender los motores de la etapa de ascenso se produce la rotura de los anclajes de ambas etapas para liberar a la de ascenso. Las partículas rotas saltan en una espectacular nube de fuegos artificiales.

El acople al módulo de mando se realizó sin problemas. Ya sólo les quedaba poner en órbita el satélite artificial –subsatélite–, una vez desechado el módulo lunar –que se estrellaría en la superficie lunar– y emprender el regreso. En éste, Mattingly realizaría el paseo espacial de 1h 20´ de duración, para realizar un experimento biológico y recoger las cintas de las grabaciones de la misión.


Esquema de las tres travesías

El
Apolo 16 inició su reentrada en la atmósfera terrestre. La temperatura máxima alcanzada por el escudo protector de la nave llegó a cerca de 2.500 °C. Catorce minutos después amerizaban sin incidentes en el océano Pacífico. Les recogería el portaaviones USS TIconderoga a 350 km al sureste de la isla Kiritimati, perteneciente al archipiélago de la Línea, en pleno ecuador terrestre.

Habían transcurrido 11 días, 1h y 51´ desde el instante del despegue. Podían sentirse satisfechos pues habían logrado todos los objetivos propuestos. Eran conscientes de que el programa Apolo ya tenía fecha de caducidad. Su misión había sido un éxito, pero el programa ya había alcanzado todos los objetivos propuestos y tenía pocos alicientes prolongarlo, expuestos a un accidente que empañase todo el Programa.


Francisco Sáez Pastor 

               Universidad de Vigo



Placa del Apolo XVI dejada
en una pata del módulo lunar
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario