Los concursos literarios siguen funcionando en los más variados formatos. Para chicos y para mayores. El XXI concurso El Brocense de microrrelatos 2025 está pensado desde la Diputación de Cáceres para alumnos de ESO y Bachillerato.
Uno de los alumnos del colegio SEK El Castillo que se han presentado, Jaime Cabestrero Gutiérrez, de 2º ESO, escribió este texto que aquí publicamos.
El profesor escritor que dejó a todo un colegio sorprendido
En un colegio de Madrid, había un profesor de lengua que siempre dejaba a todos asombrados. Él era de un pequeño pueblo de Valladolid, pero parecía que llevaba en la gran ciudad toda la vida. Sus historias, su manera de explicar, y su pasión por las palabras eran suficientes para que cada clase se sintiera una aventura.
A simple vista, no parecía diferente a cualquier otro maestro: vestía de manera sencilla, con chaqueta, y llevaba siempre una carpeta bajo el brazo. Pero era en el aula donde su magia se hacía evidente. No enseñaba lengua como los demás. Las historias que nos contaba sobre tiempos antiguos eran mejor que cualquier libro de historia.
Aquel profesor no solo enseñaba lengua, nos enseñaba el poder de las palabras y a mirar el mundo con ojos diferentes. Cuando terminaba la clase, muchos se quedaban pensando en todo lo que él decía. Algunos incluso comenzaron a preguntar en casa las palabras que con él iban aprendiendo.
Además de encantarle la lengua, su gran afición era escribir libros. Cada historia que él escribía era tan emocionante que no podías parar de leerla. También escribía sobre pueblos olvidados de Valladolid, que tienen una gran historia, él investigaba sobre ellos como si se tratase de eso la vida. Era un gran estudioso de la vida y obra de Miguel Delibes. Escribió una biografía de su vida, redactando hasta el último detalle, incluso las notas que sacaba Delibes en su niñez. También escribió libros sobre sus expresiones, sobre cómo aprender a redactar como Miguel Delibes, y un diccionario del castellano rural. Este maestro no escribía para ganar dinero sino por su pasión por la lengua.
Aquel maestro era simplemente "nuestro profesor", el que enseñaba mucho más que gramática o vocabulario: el que nos mostró que las palabras, cuando se usan bien, pueden cambiarlo todo.





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