RELACIONES DE GÉNERO EN LA NARRATIVA CELIANA
HETEROSEXUALIDAD
Fidelidad e infidelidad (V)
En la ociosidad y el aburrimiento puede estar también el origen de la infidelidad conyugal, dado que la substancia del amor es múltiple… y el hombre es bestia muy lineal y monocorde. El hombre alienta los vicios conocidos, pero rechaza los desconocidos, la mujer suele hacer al revés, la mujer tolera hastiadamente los vicios habituales pero busca y aplaude los vicios nuevos por eso fracasan tantos matrimonios. Doña Onofre se aburrió siempre mucho, leer al P. Coloma no reconforta lo bastante. Cierto día se encontró en el hall del hotel Atlántico con alguien, se conocieron entonces pero las cosas rodaron deprisa y se pasaron toda la tarde en la cama, no conviene distraerse ni dejar pasar nunca la ocasión porque en cada pecho puede arder una enamorada. Aunque el adulterio no distrae más que al principio. Y La novia de ‘tuprimo’ explica a los forasteros y a los vagabundos que duermen bajo el mostrador del tiburón enamorado que ella es muy fiel a tu primo que sólo lo engaña a sus instancias porque tiene demasiadas horas vacías.
La búsqueda de sensaciones nuevas o de vivir una aventura está también entre las causas de la infidelidad. Clarice dejó a su esposo y se fue a vivir con el chino Huang Cheng, alias Javierito y también Tres Piernas, le llamaban Tres Piernas porque tenía una pija descomunal. Al joven Paul, su tía Alejandra le da más gusto que su esposa Betty, es más cariñosa, más dulce tanto en la cama como en el paseo. Y Xeliña, cuando se harta del marido, coge la furgoneta y se va de romería.
Las ausencias, el aburrimiento, el afán de novedad… y la insatisfacción. Es fácil que esta se presente, particularmente si la elección, más por interés que por cariño, fue equivocada. Es lo que le ocurrió a Matty: se equivocó no casándose con Hans Rückert, aunque hubiera tenido que irse a Denver, Colorado, tampoco es el fin del mundo, Jaime Villaseiro –este es el nombre del esposo- es un pobre hombre al lado de Hans Rückert, las bodas de estos mierdecillas de escalafón suelen salir mal casi siempre, las mujeres acaban despreciándolos y se refugian en un amante que es por el estilo, así no mejora nadie su situación, más bien empeora lo que tiene ya muy difícil arreglo cuando la vida se convierte en un callejón sin salida, ¡mala cosa!
Hay a quien no le va la monogamia y sus emparejamientos son volubles, lo que se conoce –hombre o mujer- como ‘picaflor’. Pero en tanto la pareja se mantiene, actúan con fidelidad. Yo seré lo que sea –solía decir la Josefa-, pero a quien me da gusto no le pongo los cuernos. Cuando una se harta, su tarifa y en paz; pero mientras tanto, como las palomas, uno con una. Y hay quienes mantienen una conducta claramente promiscua. Lola es joven, grande y pechugona como su hermana Josefa, pero menos honesta, y parece ser que se entiende con algún pollo que otro. tu padre, no pronuncies su nombre, registró en una cinta magnetofónica el sosegado canto de los pájaros y en otra el loco canto de los obsequiosos y reverenciosos amantes muertos con quienes tu madre lo engañó. no recuerdes los tres cuatro cinco amantes de tu mujer es joven todavía y es posible que no haya cejado aún en su propósito. el verdugo y el hombre vestido de pierrot tras desengomarse el bigote con agua de lluvia se batieron a pistola por el amor de tu abuelita… tu abuelita no quiso enmendar el juicio de dios se acostó con ambos a la vez y se lo dijo al marido porque ella no tenía secretos para su marido.
La infidelidad puede tener carácter ocasional, como lo tuvo la de Claudia Batiffol, la estanquera del mercado de verduras con su primo Pesquero Piranesi, el recaudador de contribuciones. Ella sabía que el adulterio –o así al menos consideraba el suyo- no era delito sino circunstancia, o hacerse crónica, como la de doña Onofre, esposa de don Celso Camilo de Cela Sotomayor, que le puso los cuernos al marido durante toda la vida, después no porque con los muertos ya no rige la fidelidad.






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