Apolo 17. El último viaje - 77-
El Apolo 17 fue la última misión con astronautas a la Luna. Con él se acababa el gran proyecto de pisar la superficie de la Luna de EE. UU. que asombró al Mundo, y permitió que Estados Unidos ganara la “carrera espacial” a la Unión Soviética, que había comenzado en 1957 cuando esta logró colocar en órbita un satélite artificial orbitando la Tierra; el mítico Sputnik.
El proyecto ya no tenía mayores alicientes. Habían logrado perfeccionar la tecnología para llegar a la Luna, y volver, sin problemas. Pero eran unas misiones de alto riesgo. En cualquier momento podría surgir de nuevo un accidente como el del Apolo13 y empañar los grandes logros obtenidos hasta entonces. Por eso la NASA decidió adelantar el fin. Tres misiones fueron canceladas.
El 7 de diciembre de 1972, a las 5 h 33´ tiempo universal (UTC), 12 h 33´ hora local del este [de Estados Unidos]. Fue, por lo tanto, un lanzamiento nocturno; el primero de un vuelo espacial humano de ese país. También, el último lanzamiento tripulado con un cohete Saturno V. Sufrió un retraso de dos horas cuarenta minutos debido a un pequeño fallo del secuenciador de la cuenta regresiva. Se estimó que unos 500.000 espectadores vieron el despegue en directo. Fue visible a una distancia de 800 kilómetros, desde Miami, Florida.
Ronald Evans |
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Los tripulantes de esta misión fueron: Eugene Cernan, comandante; Ronald Evans, piloto del módulo de mando; y Harrison Schmitt, piloto del módulo lunar. Por primera vez ninguno de ellos había sido piloto de pruebas. Para Cernan este vuelo era el tercero –participó en las misiones Gemini 9 y Apolo 10–; para los otros dos tripulantes, el único. Joe Engle, piloto de pruebas –programado para esta misión–, fue relegado, y en su lugar pusieron a Schmitt, un geólogo profesional.
Cernan en la superficie de la Luna
La misión cumplió todos los protocolos establecidos sin ningún otro incidente –retraso en el despegue–. No hubo ni situaciones comprometidas ni sobresaltos por algún incidente imprevisto. Ya se habían corregido todos los posibles fallos en misiones anteriores. Se batieron varios récords: la estancia más larga en la Luna, los recorridos más largos con el rover, la muestra lunar más pesada y el tiempo en órbita lunar mayor.
El alunizaje del módulo lunar, denominado Challenger, se produjo a las 19 h 55´ (UTC) del 11 de diciembre en el valle llamado Taurus-Littrow. Se había elegido este lugar entre varias otras opciones como la más optima. Entre ellas, se rechazó la región al sudoeste de Mare Crisium debido a que, según la información que manejaba la NASA, una nave soviética podría acceder fácilmente al lugar. Y finalmente lo hizo la nave Luna 21 poco después de que se hubiera seleccionado el sitio de alunizaje de la Apolo 17.
Entre los diversos experimentos que llevaron a cabo en esta misión, destacan varios. Uno de ellos fue el gravímetro transversal (TGE), instrumento que se aplica para conocer la estructura de la geología interna en la Tierra; fue utilizado también en la Luna. Se llegaron a tomar veintiséis mediciones.
Desde el módulo de mando, denominado América, también se realizaron diversas mediciones, mientras orbitaba la Luna, para explorar su superficie y establecer un modelo geológico del interior del satélite. Los impulsos electromagnéticos emitidos penetraban a una profundidad de más de un kilómetro.
Rover del Apolo 17 |
Y por primera vez en el programa Apolo incluyeron un experimento biológico para el cual llevaron cinco ratones. Eran Perognathus longimembris, raza elegida porque era muy resistente a situaciones de estrés y fácil de mantener. No requerían agua potable durante la misión. Les habían implantado monitores de radiación para comprobar si sufrían daños por los rayos cósmicos. Se llamaban Fe, Fi, Fo, Fum y Phooey. Cuatro de ellos sobrevivieron. No se sabe la causa de la muerte del quinto. El estudio posterior de los ratones encontró lesiones en su cuero cabelludo y en el hígado, pero no en otros órganos.
En el primer paseo lunar con el rover, tuvieron el único incidente de la misión; de manera accidental se rompió un guardabarros del vehículo, lo que dio lugar a que se pusieran perdidos de polvo. Lograron arreglarlo con cinta adhesiva. También desplegaron dos paquetes de explosivos que detonaron a control remoto para probar los geófonos y los sismómetros que habían sido colocados por misiones anteriores.
Al terminar las tareas programadas, al finalizar el tercer paseo lunar con el rover, Gene Cernan, sabedor de que era, y sería, el último hombre en pisar la Luna durante mucho tiempo, expresó sus pensamientos:
“Estoy en la superficie de la Luna. Y antes de regresar a casa me gustaría decir lo que creo que la historia registrará: El desafío de hoy de Estados Unidos ha forjado el destino del mañana del hombre. Nos marchamos, pero volveremos. Y si Dios quiere, regresaremos con paz y esperanza para toda la humanidad. Buena suerte. La tripulación de Apolo 17.”
Rescate del Apolo 17
Al entrar en la nave para emprender el regreso, dejaban una placa en una pata de la etapa de descenso que conmemoraba los logros alcanzados durante el programa Apolo. A continuación, la etapa de ascenso despegaba de la superficie y se alejaba en busca del módulo de mando el 14 de diciembre a las 11 h UTC. Habían estado en la superficie lunar 75 horas y se llevaban 110 kilos de roca.
Ya en el módulo de mando, salieron de la órbita lunar y pusieron rumbo a la Tierra. Como en anteriores misiones, se desprendieron de la etapa de ascenso del módulo lunar, la cual se estrellaría en la superficie de la Luna. Durante el regreso, Ron Evans efectuó la salida de la nave para recuperar la película de la cámara situada en el exterior del módulo de servicio. Este, también fue desechado el 19 de diciembre. La cápsula del módulo de mando realizó el reingreso en la atmósfera y amerizó sin problemas en el océano Pacífico el 19 de diciembre de 1972 a las 19 h 25´ UTC. Sería recogido por el USS Ticonderoga. Habían estado fuera de la Tierra 12 días, 13 horas y 52 minutos. Concluía así la epopeya de la etapa más importante de la conquista de la Luna.
Tripulación del Apolo 17 |
Francisco Sáez Pastor
Universidad de Vigo



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