133 Calas de Ribadeneira (VII)

 

              CALAS EN EL PRÍNCIPE CRISTIANO


DE PEDRO DE RIBADENEIRA




Felipe, príncipe de las Españas,
 Hacia 1548
Grabado de Giulio Bonasone
          DE LA PRUDENCIA DEL PRÍNCIPE



  "Pero la guía y maestra de todas las demás virtudes  morales del príncipe cristiano debe ser la prudencia, que es la que rige y da tasa y medida a todas las demás. Esta prudencia, dice Cicerón, es arte de la vida, como la medicina lo es de la salud. Y Menandro dice que todas las cosas sirven a la prudencia.

… Esta prudencia debe ser verdadera prudencia, y no aparente; cristiana, y no política; virtud sólida, y no astucia engañosa, como dijimos en el principio de esta segunda parte, que lo deben ser todas las virtudes del príncipe cristiano. 

… Y es cierto que el que no tiene prudencia para regirse a sí mismo, menos la tendrá para regir su casa, las ciudades, provincias y reinos. 

… Y así, debe el príncipe procurar saber lo que ha pasado en su reino, en tiempo de los otros reyes sus antecesores, y cuándo fue mejor gobernado, y con qué medios, y usarlos él, porque, comúnmente, las mismas causas producen os mismos efectos, y lo que fue, será.


Madrid, 1 de julio, 1925

 

                                  

Países Bajos. Moneda de 1566
 
El Príncipe cristiano, réplica a “El Príncipe” de Maquiavelo

Pedro de Ribadeneira

Biblioteca mundial Sopena, Buenos Aires, 1942, p. 147 y 148 




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