133 Oído a los clásicos

                                   




  TODO SIGUE

     ESTANDO

                      EN LOS CLÁSICOS


Nos lo adelantó el cónsul Cicerón:


O tempora, o mores!

Senatus haec intellegit , cónsul videt; 

hic tamen vivit. Vivit? Immo vero etiam

 in senatum venit,

fit publici consilii particeps,

notat et designat oculis ad caedem unum

 quemque nostrum.


¡Oh tiempos, oh costumbres!

El Senado conoce todo esto, el cónsul lo ve y ¡este vive!

¿Vive, digo? Aún más, se presenta en el Senado,

participa en sus deliberaciones,

señala y envía con su gesto a la muerte a cada uno de nosotros.

 

Primera Catilinaria. Oratio prima.

       

Catilina conspira en secreto con sus rebeldes. Marchará sobre Roma. Indispensable es que previamente muera Cicerón. A Cicerón le avisa del peligro Fulvia. Fracasa el golpe. Huyen los conjurados. Catilina osado acude al templo de Jove Estator. Toma asiento. Nadie le saluda ni se sienta junto a él. Cicerón arremete terrible contra el conjurado. Oratio prima. Empieza, de forma inesperada y patética, con su famoso ex abrupto:

Quousque tandem, abutere, Catilinam, patientia nostra?

¿Hasta cuándo, Catilina, vas a abusar de nuestra paciencia?


Quid est, Catilina?... exire ex urbe iubet cónsul hostem. Interrogas me, num in exsilium? Non iubeo, sed, si me consulis, suadeo.

¿Pues qué, Catilina? … El cónsul manda que el enemigo deje Roma. ¿Me preguntas si al destierro? No es tal mi orden; pero, si me consultas, es mi consejo.


CARLOS URDIALES RECIO

Maestro. Profesor de Lengua y literatura. Emérito UCJC




No hay comentarios:

Publicar un comentario